miércoles, 15 de junio de 2011

¿Quieres casarte conmigo?

- ¿Quieres casarte conmigo?
- No. No quiero. 
- Oh, pero ¿por qué?
- Porque yo no necesito celebrar una gran ceremonia para demostrar que te quiero, hay mil formas más bonitas y verdaderas de hacerlo. No quiero que un sentimiento tan grande como el amor que siento por ti se firme en un papel, eso me parece muy miserable. Casarnos no significaría por siempre, si no que la muerte nos separaría. Ja, qué estúpido, "Hasta que la muerte nos separe...", yo te quiero por encima de eso.

Y te convertiste en alguien desconocido

          Te conocía, o eso pensaba yo. Me querías, o eso pensaba yo. Yo te importaba, o eso pensaba yo. 
          Parece ser que todo son pensamientos míos. Que después de todo eres otro. A lo mejor cambiaste, o a lo mejor nunca fuiste de verdad quien dijiste ser. Pasó el tiempo, y cada vez ibas a peor, sin darte cuenta de nada. Tu egoísmo te hizo creer que eran los demás los que cambiaban, y no tú. 
          Yo siempre me mantuve al margen, nunca quise hacerte daño. Aunque de todas formas tus oídos ya eran sordos y tus ojos ciegos. Aún así yo te sigo queriendo, porque yo sí que te quise y tú sí que me importaste.

martes, 7 de junio de 2011

Diferente... qué palabra tan bonita

          Volaban. Se colocaban como si todo estuviera planeado. Agitaban sus grandes alas: eran preciosos, pensé. Los miré durante toda la tarde. Siempre volaban sobre aquel lago azul verdoso, vamos, como todos los lagos. Seguí observándoles y me di cuenta de que uno destacaba. Era diferente. Todos los demás seguían pareciéndome hermosos, pero yo sabía que dejarían de serlo con el tiempo y tendrían que cambiar. Dejé de mirar a toda la bandada y me fijé en el que destacaba, aquel que era diferente. Cada vez me parecía más precioso, y los demás cada vez, más aburridos.
          Con el paso del tiempo seguí yendo a la orilla de ese lago y mirando al cielo. Todos los pájaros cambiaban, se volvían aburridos y repetitivos. Bueno, no. Todos no. Aquel pájaro seguía siendo igual de excepcional que siempre y definitivamente eso era lo que le hacía tan bello, ser diferente.